viernes, 12 de abril de 2013

Llevo un tiempo delante del ordenador queriendo contar lo que nunca he contado, porque de alguna manera sé que tengo que soltarlo, para quitar algo de peso a mis hombros...pero no sé por donde empezar.

Algo no funciona en mí, como debería hacerlo. Las personas se sienten parte fundamental de algún aspecto de su vida, imprescindible, hay otras que son parte esencial de la vida de muchos, otros, como yo, nunca lo han sentido, o nunca lo han sido.

Desde que nacemos, ya formamos parte de algo, La Familia. Aún 28 años después, no he encontrado mi hueco, la necesidad de mi existencia, mi rol dentro de ella. 

Luego empezamos a tener Amistad. A lo largo de la vida, de los distintos momentos, vas conociendo a personas a los que llamamos Amigos, la segunda familia, algunos van y vienen pero otros sin embargo, permanecen. Los tengo, pero no soy parte esencial de ellos, todos tienen su uña, o su carne. Yo soy otra parte del cuerpo, siempre.

y por último el Amor. Las personas me han envidiado porque he tenido parejas, he estado soltera muy pocas veces en mi vida. Pero ninguna ha sido porque no haya luchado por ellas, me he dejado la piel en ellas, cuando la otra parte simplemente se ha hecho un rasguño. Nadie ha peleado por tenerme, por conseguirme, por amarme. 

Todas estas personas me quieren, y no pido más, no se equivoquen. Pero días como hoy, me siento tan sola. Cansada de pelear, de buscar, de hacerme ver. Necesito que sientan por mí, que me extrañen, sin yo hacer porque lo hagan, solo siendo yo. Ser imprescindible para alguien. Ser única. 

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