sábado, 13 de octubre de 2012

Cojo el coche para hacer un recado, y cuando voy llegando a casa, quiero seguir hacia delante, seguir conduciendo sin rumbo, sin volver la mirada, rehacer mi vida en cualquier otro lugar, incluso con otra identidad, me invade un deseo, un ansia de escapar de todo y no regresar jamás.
Pero en ese instante, vibra el móvil y al ver quien era, miro que eras tú, y caigo en la idea de que aunque siempre tenga ganas de escapar de todo lo que va mal, hay cosas que siempre irán bien. 
Desaparece mi miedo a afrontar los hechos, se desvanece mi ira, vuelvo a querer ser yo, continuar mi propia historia sin tener que volver a empezar otra, la fuerza antes oculta resurge y me llena, la tristeza se convierte en coraje.
Sigo conduciendo y me reencuentro con ellos. Vuelvo a ser yo, gracias a ellos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario