sábado, 8 de diciembre de 2012

Carta a los Reyes Magos...

Queridos Reyes Magos,

Hace tiempo que no sabéis de mí, creí que no iba a hacer falta escribiros más porque sabíais lo que quería para todos los años, pero parece que se os ha olvidado, no pasa nada, tenéis mucho por lo que preocuparos.

No pido muchas cosas, solo cosas que creo que deberíamos tener todos.

Quiero que las personas sean más humildes, perdonen los fallos de los demás, porque todos tenemos los nuestros. Deseo que la humanidad mire por todos sus miembros, y no solo por aquellos que lo tienen más fácil, de hecho, debería mirar más por aquellos que lo tienen mucho más difícil. Ansío que seamos capaces de ponernos en zapatos ajenos, para saber que los nuestros no duelen tanto. Las personas prefieren criticar lo desconocido, que aprender y absorber todo lo bueno que puede traer con ello.

Nunca he creído que nadie sea lo suficientemente humilde y capaz de organizar al mundo sin ser corrompido por el poder, pero después de todos los errores que hemos cometido como sociedad política, ya hemos tocado fondo varias veces, ahora solo queda que lo próximo sea lo mejor que podamos tener y de una vez por todas aprendamos algo de nuestra historia y no se nos olvide. Aunque el cambio no llegue mañana cuando nos levantemos, va a llegar, de eso estoy segura. Así que deseo que esa persona, ese grupo de personas, esos líderes, lleguen lo antes posible.

Nada es permanente, siempre dicen que las cosas pueden ir a mejor cuando estamos mal, por ello digo ahora, que deseo que los ricos, los que más tienen, sean capaces de sentir empatía por aquellos que no tienen, porque algún día, aunque ahora no lo vean posible, puede que ellos tengan problemas en el futuro, ya que aunque nos de miedo pensarlo, las cosas pueden ir a peor también, y no se libran ni los ricos, hay obstáculos que no se quitan con el dinero. Así que deseo que los ricos y poderosos dejen de mirarse el ombligo y echen un vistazo a su alrededor.

En general, hace falta empatía, humildad, y generosidad, ni más dinero, ni ajustes, ni nuevas leyes, cuando haya calidad humana, habrá calidad económica.

No pido nada para mí, si se solucionan de manera global, se arreglarán los míos también. Es suficiente.




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